El Río Nilo organiza todo el espacio egipcio. No es de extrañar que buena parte de sus caracerísticas como civilización giren en torno al río. En efecto, la religión egipcia tendrá en el Nilo los fundamentos de su panteón, y los conocimientos astronómicos pueden ser fruto del interés por controlar la periodicidad de las crecidas.
El mismo río es la base del ecosistema y proporciona el papiro, soporte del sistema de escritura que Champollion descifra y que nos permite tener una visión cabal de una civilización remotísima aunque se prolongó hasta la llegada del los romanos en tiempos de Cleopatra
La hidráulica adquiere un importante desarrollo, al igual que otras disciplinas, como las matemáticas de las que disponemos de abundante documentación
  Nuestra fascinación por el antiguo Egipto tiene en los franceses Denon y Mariette sus principales precursores. Buena prueba de ello son las excelentes colecciones europeas de arte egipcio. No sólo a través de los grandes monumentos, sino también la permanencia de su legado escultórico y las curiosas convenciones de representación artística, que dan a sus obras de arte ese extraño aire moderno, sin olvidar que tales obras tienen la virtud de trasladarnos a las actividades más insospechadas, como los instrumentos musicales, o la misma creación musical
El legado literario es también muy importante y abarca todo tipo de géneros, así como el poderoso empuje de esta civilización en obras literarias de otros tiempos y lugares, como es el caso de la literatura española